viernes, 6 de noviembre de 2009

Medios masivos: la construcción de la realidad y la credibilidad

Cortinas de humo en los medios

Por Belén Demartin
Algunos medios, principalmente los de mayor poder mediático suelen modificar ciertos hechos de la vida social según sus intereses. La película “Wag the dog” es un claro ejemplo de cómo se utilizan los medios de comunicación como recurso político para influir en la ciudadanía ocultando cosas y mostrando otras. La estrategia en la trama del film fue producir una contra campaña de desinformación, inventando una guerra (a través de un montaje de imágenes) contra un país prácticamente desconocido, debido a que los oponentes al gobierno dieron a conocer la noticia de un abuso sexual por parte del presidente a una menor que visitaba la Casa Blanca. El resultado: el pueblo tras la angustia bélica, admira héroes inexistentes y entona una típica canción de soldados americanos, dejando de lado el tema central del abuso.


Esta película relata el uso que el poder político hace de los medios de comunicación, elaboran “noticias” independientemente de la veracidad del contenido. El objetivo: producir temas que permitan a la sociedad olvidar los auténticos problemas, o sea desviar la noticia para así distraer a la opinión pública.
Los medios son los productores de la realidad social. Si bien hay una única realidad, esta no es visible hasta que los medios la toman y hacen una construcción de la actualidad.
La Licenciada en Comunicación Social María Laura Stratta comenta que “(…) los medios de comunicación masiva son empresas y que, como tales, tienen una visión del mundo e intereses creados. La realidad que construyen responde a la defensa de esos intereses y a esa visión del mundo. No son el reflejo de la realidad (como muchas veces intentan hacernos creer), sino simplemente una mirada particular sobre la misma”.
Los medios muestran una realidad, y somos nosotros, los "consumidores" de esa información. Lo que debemos considerar es que, es solo eso, una parte de la realidad, que hay muchas maneras de ver un mismo hecho y de describirlo. Esto se debe a que los medios (…) “son: empresas que actúan, en muchas ocasiones, como aparatos ideológicos que reproducen y refuerzan una visión del mundo acorde a sus intereses, y que para esto construyen (en el sentido literal de la palabra) una “verdad” a su medida", sostiene Stratta.
Los medios utilizan su poder para imponer a la ciudadanía un recorte de la sociedad. A través de una agenda mediática proponen ciertos contenidos que circulan por los diversos canales, que por consiguiente suele esconder otros temas. La espectacularización de la información que difunden los medios, principalmente de la capital de la Argentina, invaden los medios provinciales y por ende impide que conozcamos lo que nos pasa a nuestro alrededor.
¿Qué es informar? Se entiende por “informar” presentar a la sociedad noticias de interés público, o sea, informaciones significativas para la ciudadanía. Últimamente la ley de Servicios Audiovisuales de Comunicación ha dado a luz muchas verdades ocultas. Según el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández la prensa argentina "muestra un cachito" de la realidad y encima "banaliza” situaciones graves que padece la sociedad. Esperemos que con la implementación de la nueva ley, la situación cambie.
Las nuevas tecnologías nos permiten leer, bajar el video, la foto y el audio de las noticias de último momento; y la diversidad de empresas de medios que desarrollan, distribuyen y divulgan noticias por doquier no nos garantizan que por acceder a más canales y opciones nos nutramos de múltiples puntos de vista, en realidad lamentablemente la mayoría de las veces no hacemos más que ir y volver sobre lo mismo.
En palabras de Galeano "Los medios de comunicación de la era electrónica, mayoritariamente puestos al servicio de la incomunicación humana, están imponiendo la adoración unánime de los valores de la sociedad de consumo”. "Y es aquí donde puede observarse que los medios no sólo manipulan, imponen una verdad unidimensional, sino que refuerzan los valores del sistema capitalista, obviamente afines de sus intereses", afirma María Laura Stratta

Como individuos que formamos parte de la sociedad debemos tener en cuenta que los acontecimientos se imponen. Para ello la recomendación es: limpiar el aire de tantas cortinas de humo, informándonos desde múltiples medios para elaborar a partir de diferentes puntos de vista la verdadera realidad que podemos apreciar, aunque no sea la que queramos ver.

Anexo

El discurso mediático: una manera de presentar la realidad

Medios de comunicación ¿creer o reventar?

Por Noelia Bruno
Los enunciados a los que accedemos a través de los medios masivos de comunicación se nos muestran tan reales que, generalmente, no nos damos lugar a dudar de lo que ellos dicen. Narran los acontecimientos de tal forma que puedan percibirse como objetivos y, por lo tanto, muy creíbles a pesar de que haya en sus discursos alteraciones de la realidad.

Qué es lo real y qué no resulta difícil de distinguir si tenemos en cuenta que existen tantas realidades como discursos en la sociedad. Cada sujeto construye dichas realidades a partir de diferentes elementos de un mismo asunto.


Bajo este criterio actúan los medios de comunicación que, a cada instante, presentan los hechos como acontecimientos. Eliseo Verón expuso en su obra “Construir el Acontecimiento” una definición de los acontecimientos sociales con estas palabras: “No son objetos que se encuentran ya hechos en alguna parte en la realidad y cuyas propiedades y avatares nos son dados a conocer de inmediato por los medios con mayor o menor fidelidad. Sólo existen en la medida en que esos medios los elaboran”.
De aquí se desprende que ellos contribuyen a la formación de significantes que atraviesan a los individuos y que, a su vez, se manifiestan como hegemónicos. Sin embargo, los enunciados mediáticos, con más énfasis que los demás, responden a sus propios intereses, entonces buscan establecer su verdad como única.
El de los medios “es un discurso afirmativo, en principio, aseverativo, todo el tiempo está afirmando algo”, manifestó Enrique Raffín, profesor de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER, refiriéndose a las pretensiones de legitimación de éstos.

Las realidades expuestas por las empresas periodísticas en varias oportunidades no resultan ser tan ciertas. Los datos que extraen de las cosas que suceden suelen ser auténticos, pero sobre ellos trabajan para darle una acepción diferente. En este sentido, sobre el tratamiento que se hace de la realidad, expresó Raffín: “la seleccionan, la compaginan, la van construyendo”. Y agregó: “los medios de comunicación lo que hacen es tomar elementos de la realidad, o que van apareciendo en la realidad, y los resignifican, los reconstruyen como elementos de otra realidad”.
La película de Barry Levinson, Wag the Dog (1997), es una clara descripción de cómo los medios de comunicación montan una situación que no es tal y que, sin embargo, resulta creíble para la ciudadanía. Se dibuja mediáticamente un conflicto bélico en un pequeño país europeo para entretener a la sociedad estadounidense y, al mismo tiempo, ocultar el escándalo amoroso en el que se vio envuelto el presidente. Su reelección estaba en juego, entonces se debía distraer la atención del público con elementos del lenguaje cinematográfico y mostrarlo a él como un héroe.
La credibilidad de los medios está estrechamente vinculada a la manera en cómo ellos exhiben los hechos, los acontecimientos. El problema es sí, en esa manera de exhibirlos, se manipulan, se transforman o se inventan circunstancias que no son verdaderas. Es en este momento donde uno podría preguntarse si existe algún límite a la ficción desmesurada. Y la respuesta podría ser afirmativa. Los límites están dentro de la realidad de los sujetos. Enrique Raffín piensa al respecto que las fronteras a esta actividad de los medios “es el público; es decir, uno puede sostener ciertos discursos televisivos, ciertos discursos periodísticos, ciertos discursos cinematográficos. Pero, en definitiva, es el público el que determina sí esa realidad que ve y encuentra narrada en los medios lo identifica o no. Cuando esa realidad no funciona como un verosímil, no funciona como si fuera verdad, llega a un límite”.

De lo expuesto puede deducirse que tanto los medios de comunicación como los individuos en su totalidad son creadores de realidades. Sin embargo, el carácter objetivo y afirmativo con el que se presenta el discurso mediático le da a éste mayor poder político y le permite atravesar todas las esferas sociales. Los acontecimientos son tales porque pasan por los medios. Y alcanzan credibilidad porque hay en ellos elementos que se verifican en el transcurso de lo que va sucediendo, a pesar de que también en ellos existan datos que sean manipulados por los diferentes actores que tienen intereses en juego.

La construcción de la realidad y la manipulación presentes en los medios

Algo más que una película

Por Marina Basgall


“Wag the dog”, “Mentiras que matan”, “Cortina de humo”, “Poder que mata” son los nombres con los que se conoce a la película de género dramático de Barry Levinson de 1997. A modo de sinopsis podría decir que se trata de 95 minutos de una aguda, satírica y cínica crítica al poder mediático, cuando éste se ubica por sobre el político. Comedia repleta de verdades, con dos de los más reconocidos actores de USA: Robert De Niro y Dustin Hoffman.

Si bien no es lindo que a uno le cuenten una película, y menos el final, voy a hacer un breve resumen para introducirlos al tema. Un presidente norteamericano, atribulado por el escándalo de una aventura amorosa, en vísperas a su reelección, contrata a un productor cinematográfico de Hollywood para fabricar una guerra inexistente y desviar así a la opinión pública. El fin es crear una guerra en Albania que distraiga a la prensa del affaire del futuro presidente y pueda terminar heroicamente delante de todas las televisiones. Así se crea una “cortina de humo” para desviar la atención pública hasta después de las elecciones.

Esta película es un claro ejemplo de cómo los medios de comunicación ejercen un papel fundamental en la construcción de una realidad a la que, como ciudadanos, no podemos acceder directamente y así nos ofrecen claves para conformar nuestro pensamiento. María Laura Méndez, Decana de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER dice que “lo que hacen los medios es eso: muestran una perspectiva como si eso fuera realmente la realidad y no hubiese otra posibilidad de ver. Si uno conecta cosas diferentes, si uno conecta otros elementos va a construir otra forma de realidad. Los medios muestran como si eso fuera lo único”.
Las identidades sociales, el rol que desempeñamos en la sociedad, nuestro sistema de conocimiento y nuestra forma de vida viene marcada, en gran parte, por el discurso mediático. Los resultados de esa construcción de la realidad constatan que también tiende a actuar beneficiando los puntos de vista y los intereses de las clases y grupos dominantes.
La televisión, el cine, la radio, diarios y revistas, ocupan un espacio importante en nuestras vidas y los modelos de comportamiento que proponen y la visión del mundo que transmiten participan cada vez más en la construcción de nuestras representaciones de la realidad.
María Laura Méndez sostiene que “hay realidades y las realidades se construyen, nosotros también construimos nuestra propia realidad”. Todos, de un modo u otro, construimos un conjunto de representaciones de la realidad que nos permiten relacionarnos con el entorno que nos rodea. Sin embargo, la mayor parte de las personas (en particular, los niños y los jóvenes) carecen de herramientas para enfrentarse al aluvión de mensajes despersonalizadores que nos bombardean desde la televisión, el cine y otros medios de comunicación.
Los medios son el soporte de los intereses del poder. A diario se seleccionan las noticias y se jerarquizan en función de esos intereses y a menudo se distorsionan los hechos y mienten para mantenerlos vivos. “Los medios son formas especiales de narrativa que pueden responder a poderes especiales. El aspecto político de los medios recrea una realidad pero obviamente la están creando con algún objetivo político” indica Méndez.
La mayoría de las personas se dejan manipular por los medios de comunicación y se convierten en fanáticas de los mismos. Que los medios de comunicación son un arma de manipulación masiva no es secreto alguno, aunque muchos no quieran admitirlo y sigan manteniendo fe ciega en que su medio favorito es independiente e imparcial y que siempre dice la verdad. Ahora bien, todo lo anterior carecería de importancia si no fuese porque quien al final sufre esa manipulación es la ciudadanía.

viernes, 30 de octubre de 2009

¿Cómo lo vieron los medios internacionales?

“En el escritorio: papeles desordenados, lapiceras preparadas para plasmar las ideas en la libreta y encendida la computadora que nos daría una incógnita a resolver.
“Medios extranjeros destacan la noticia” rezaba el titular del diario Clarín del día 10 de octubre de este año que despertó nuestro instinto periodístico.
Teníamos que investigar cuáles habían sido las repercusiones que la prensa mundial dio de lo sucedido respecto de la aprobación de la Ley de Medios en Argentina.
Claro que abarcar la totalidad de las publicaciones implicaría un trabajo arduo y extenso que, al momento, es difícil.
Tras la elección de las notas y los medios sobre los cuales realizaríamos nuestra producción, con papel y lápiz en mano, nos dispusimos a redactar”.

En contexto
En marzo de 2009 la Presidente de la República Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, anunció la presentación de un anteproyecto de ley de servicios de comunicación audiovisual que el pasado 10 de octubre se convirtió en ley.
A pesar de que el oficialismo sufrió una derrota en los comicios legislativos del pasado 28 de junio, apuró los plazos del trámite legislativo para sancionar la ley antes del recambio de los legisladores en diciembre, cuando el oficialismo perderá la mayoría en el Congreso. Si bien el reglamento argentino establece que, entre el dictamen y el debate en el recinto deben pasar siete días, la sesión especial para tratar el proyecto de ley de medios se convocó sólo horas después de que el anteproyecto fuera discutido y recibiera más de 200 modificaciones. En medio de duros cuestionamientos de la oposición, el 10 de octubre la Cámara de Senadores aprobó la ley con 44 votos a favor y 24 en contra.


Muchas voces, a nivel nacional como internacional, sostienen que esta acción del Estado es una respuesta al enfrentamiento que tiene el oficialismo con el multimedios Clarín. Cabe recordar que estos dos protagonistas fueron aliados hasta el 2007 cuando el entonces presidente Néstor Kirchner le renovó por 10 años más las licencias de los medios audiovisuales de dicha empresa periodística. Un año después la relación se quebró debido a la cobertura crítica que el Grupo Clarín realizó del conflicto entre el gobierno y los productores agropecuarios.
Con el reciente acuerdo entre el Gobierno y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) para la transmisión de los partidos en forma gratuita y por televisión abierta, el grupo Clarín, que tenía los derechos de televisión del fútbol, sufrió un gran revés.
Creemos que no son meras opiniones sino que, a los hechos, es una realidad el motivo por el cual se presentó el año pasado la iniciativa para modificar la ley de radiodifusión. La evidencia es la respuesta a esta pregunta: ¿Por qué del 2003 al 2007 el entonces presidente Néstor Kirchner no fue capaz de llevar a cabo este proyecto?

La noticia de la nueva ley rompió fronteras
El contexto en el que se presentó la normativa constituyó la razón de un amplio despliegue mediático y político; ya que las diversas opiniones que difundieron y acompañaron las novedades entorno al acontecimiento se percibieron a través de los medios masivos de comunicación. Se escuchó y se vio decir que la norma era una “ley de medios K”, “ley mordaza”, “ley de control de medios”, “polémica ley que manejaría la discrecionalidad mediática”. Pero además se expuso que la reglamentación “democratiza dando lugar a la libertad de expresión”, y que es “única en el mundo y un ejemplo para los demás países”.

Lamentablemente, las contraposiciones y los duros enfrentamientos entre los sectores involucrados fue el tema más destacado por el periodismo internacional, dejando de lado así la riqueza de lo debatido en los foros y en las audiencias públicas.
Las repercusiones en los medios extranjeros tras la aprobación de la ley, no tardaron en llegar. Todos destacaron la polémica que desató el proyecto.
Luego de observar los términos con los que cada medio se refería a la nueva ley pudimos ver que unos optaron por privilegiar la noticia en sí, por dar cuenta de cada circunstancia vinculada a la discusión sobre los aspectos positivos y negativos de la misma. Ellos prefirieron no dejar en claro la postura política ante el hecho. Entre estos medios se encuentran la BBC de Londres y el diario español El Mundo.
Otras empresas periodísticas anunciaron la novedad dejando claramente plasmada su posición contraria al proyecto. Ellos utilizaron conceptos, palabras de especialistas y dirigentes políticos que cuestionaban puntos controvertidos de la legislación. El Universal de México y Venezuela, El País de España y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) fueron críticos del acontecimiento legal argentino.
Entre los medios que se manifestaron a favor de la normativa podemos mencionar a la cadena multiestatal Telesur que consideró el carácter democrático de la misma y rescató el debate previo a la presentación del proyecto.
La Ley de Servicios Audiovisuales de Comunicación, sancionada recientemente, no sólo fue tratada ampliamente en nuestro país, sino que trascendió las fronteras y llegó a ser comunicada en el exterior. Las extensas repercusiones internacionales dan cuenta de la importancia significativa que reviste una normativa que pone en juego las libertades de los sujetos implicados.

Creemos que en nuestro país no ha habido opiniones de la oposición con argumentos que den cuenta del real conocimiento de la ley en todos sus puntos. La mayoría ha optado por repetir lo que los multimedios dicen y han polemizado sobre el tema sin haber leído nunca la norma en cuestión.
Por ello, afirmamos que la pluralidad de voces es indispensable para que toda la ciudadanía forme su postura a partir de la variedad de opciones informativas y así dejar de lado la repetición constante y constituirnos de este modo como verdaderos sujetos políticos. Debemos hacer valer el régimen en el que vivimos y defender la democracia.

En palabras, un punto de vista sobre la Ley de Medios
Entrevista a Luis Laferriere, profesor de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos. Es miembro del Observatorio Comunicacional que pertenece a dicha institución.

viernes, 9 de octubre de 2009

Coincidencias entre Venezuela del 2002 y la actualidad hondureña

Temblores que se sienten

Por María Belén Demartin
Más similitudes que diferencias, se encuentran si uno comienza a revisar la historia política de Latinoamérica. Los Golpes de Estado son lamentablemente una de las monedas corrientes; en la Argentina el Fraude Patriótico, fue el primer Golpe de Estado comandado por Uriburu en 1930; luego la Revolución del 4 de junio de 1943, dirigida por Rawson, Ramírez y Sueyro; posteriormente en 1955 la Revolución Libertadora de la mano de Lonardi y Aramburu; once años después la Revolución Argentina constituida por Pistarini, Varela, y Onganía, toman violentamente el poder; y por último el más sangrienta de todos los golpes, el denominado Proceso de Reorganización Nacional en 1976 encabezado por Videla.

Vaya sino estamos acostumbrados a vivir estos horribles episodios, y lo peor de todo, es que en muchas ocasiones los países latinoamericanos parecen ser fichas de dominó, que, colocadas en forma vertical una tas otras, y con un simple empujón comienzan a derribarse. En 1964 cayó la democracia en Brasil, en el ‘66 en la Argentina, dos años después en Perú; en 1972 en Bolivia y Uruguay; asimismo en el ‘73 en Chile de la mano de Pinochet y en 1976 en Argentina, por solo mencionar algunos.
Los intentos de desestabilización de Ecuador, Bolivia, y finalmente el golpe de estado en Honduras son una triste realidad.


Hoy por hoy, Hondura sufre un estado de incertidumbre política, el presidente constitucional Manuel Zelaya fue destituido por los militares el 28 de junio. Aún continúa luchando por volver a ocupar el lugar que la ciudadanía le dio.
Existe un singular paralelismo entre el golpe de Estado ocurrido en Venezuela el 11 de abril del 2002 y el golpe contra la democracia hondureña que desplazó en forma violenta al presidente Zelaya, trascendiendo de una u otra manera en todas las democracias sociales y participativas de Latinoamérica.
Los militares secuestraron al presidente hondureño de una manera más “efectiva” que la aplicada a Hugo Chávez en Venezuela de 2002. El pueblo Hondureño reclama a su presidente, de la misma manera que el pueblo Venezolano exigió el regreso de Chávez, durante los días que estuvo secuestrado en el intento de derrocamiento.
Los opositores a Zelaya habían reaccionado a la voluntad del presidente de modificar la Constitución con el fin de mantenerse en el poder; temiendo que siguiera los pasos del presidente venezolano Hugo Chávez.

En realidad, Zelaya sólo proponía que en las elecciones generales se realizara un sondeo de opinión, para preguntar a la población si quería que se realice un referéndum para saber si debía o no, formularse una nueva Constitución más justa, equitativa, y participativa que la vigente.
Para darle “legalidad” al golpe de Estado, el Congreso y la Corte Suprema (aliadas con el golpe), afirmaron que la consulta era ilegal y dictaminaron que el presidente Zelaya había violado la Constitución al intentar modificarla para poder pretender un nuevo mandato. Argumento falaz; como se sabe, el golpe es una agresión directa a Honduras, a los movimientos sociales y a la propia ciudadanía del país, pero sin lugar a dudas el principal blanco es la lucha contra el presidente de Venezuela. Atacar a Chávez por intermedio de Zelaya.
El presidente Chávez, ratificó que el golpe de Estado que está viviendo Honduras tiene las mismas características del golpe que vivió Venezuela en 2002.
Otra similitud, en el Golpe de Estado del 2002, la constituye la televisora Globovisión que apoyó y apoya ambos golpes. No informan sobre las movilizaciones del pueblo hondureño. Al contrario, mantienen programaciones de entretenimiento. La información está mediada, hay información filtrada, al decir que en el país existe una calma generalizada y que no hay movilizaciones. Cuando en realidad las manifestaciones en apoyo a Zelaya van en aumento. La lucha de resistencia es para que el país vuelva a la normalidad, y que el presidente Zelaya elegido constitucionalmente vuelva a asumir sus responsabilidades.

El Golpe de Estado en Honduras, evidencia las transformaciones que se vienen produciendo en Latinoamérica estos últimos años; en Argentina el año pasado y hoy por hoy se viven períodos de choques entre diferentes grupos de poder, que generan un malestar generalizado, al no dejar de lado los intereses de cada parte, es imposible encontrar una solución cierta y sincera.
Debemos buscar el sentido común para que los pueblos latinoamericanos logremos abrir el camino hacia una verdadera democracia participativa.

Golpe de estado en Honduras se repite la historia de Venezuela 2002